viernes, 23 de septiembre de 2011

GRAN COLOMBIA

LA GRAN COLOMBIA







 
 Bolívar comenzó con la república federal creada en diciembre de 1819 en Angostura  -tres departamentos que eran Cundinamarca o la antigua Nueva Granada, Venezuela y Quito, cada uno de ellos gobernado por un vicepresidente-  para crear una nación unitaria un año después, tan pronto como la independencia empezó a ser una realidad.
    El golpe militar de Riego sorprendió al ejército expedicionario de Tierra Firme que estaba esperando refuerzos para recuperar el territorio perdido tras la batalla de Boyacá. El general Morillo recibió la orden de jurar la Constitución, poner en libertad a los presos políticos y concertar un armisticio con Bolívar. Los generales Sámano y Warleta se negaron a luchar en esas condiciones y se embarcaron para Jamaica.
    Morillo trató de concertar una negociación con el Congreso de Angostura a través de Bolívar. Éste le contestó que la única negociación posible era el reconocimiento de la independencia de Colombia, por lo que se acordó una tregua de seis meses, a partir del 25 de noviembre de 1820, y una regularización del estado de guerra para evitar matanzas inútiles.
    El 27 de noviembre Morillo y Bolívar se reunieron en Santa Ana y ratificaron el convenio. El general español se convenció de que seguir resistiendo no conducía a nada en tales circunstancias y decidió embarcarse para España en diciembre, dejando el mando del ejército a Miguel de la Torre.
El Congreso Constituyente de Colombia fue convocado por Nariño, que había regresado de España tras su liberación por el nuevo gobierno liberal, para el 6 de mayo de 1821. En él se decidió enterrar el estado federal ideado en Angostura y convertirlo en unitario, con un ejecutivo formado por un presidente (Bolívar) y un sólo vicepresidente (Santander). Tendría un legislativo bicameral y un judicial con una Corte de Justicia y unos tribunales de apelación. La capital quedaba establecida en Bogotá, la antigua Santa Fe.
    La victoria militar de los patriotas se impuso rápidamente. Bolívar rompió el armisticio y realizó una serie de acciones que culminaron con la batalla de Carabobo (24 de junio de 1821), en la que derrotó al ejército de La Torre. Los últimos efectivos realistas se encerraron entonces en Puerto Cabello, donde La Torre resistió hasta noviembre de 1823.
    Tras Carabobo, los patriotas se volcaron en la antigua Nueva Granada o Cundinamarca, tomando en octubre de 1821 Cartagena. Bolívar dejó en la costa el baluarte realista de Santa Marta, de escasa importancia y que terminó cayendo en 1823, y se dirigió a Popayán, en diciembre de 1821 para acabar con la resistencia pastusa. Tras arduos combates logró entrar en Pasto en Junio de 1822.
    Mientras tanto en Quito hubo que plantear dos batallas: una contra los realistas y otra contra los propios patriotas, que siendo partidarios de la independencia veían con reticencia su integración en Colombia. El 9 de octubre de 1820 estalló un movimiento independentista en Guayaquil que instaló una Junta de Gobierno, cuya presidencia recayó en León de Febres Cordero, mientras que las funciones civiles fueron para el poeta José Joaquín de Olmedo.
    El general Antonio José de Sucre fue enviado por Bolívar, junto con un millar de hombres, para en primera instancia apoyar la revolución contra las fuerzas realistas bajo el mando del general Aymerich, y posteriormente convencer a los patriotas de la conveniencia de unirse a Colombia, lo que aceptaron al fin como una solución provisional.
    Las tropas libertadoras acantonadas en Guayaquil se organizaron para abatir los últimos baluartes del poderío español. El día 22 de abril de 1822, al mando de las argentinas y chilenas, el general bonaerense Lavalle expulsa a los realistas de Riobamba. Las tropas restantes, unidas a los guayaquileños y a los patriotas del interior, al mando del futuro mariscal de Ayacucho logran el armisticio de Babahoyo y, desde Santa Rosa, barren los últimos retazos del dominio español en las provincias de Loja y Cuenca.
    ECUADOR  Y  LA  LIBERACIÓN  DEL  PERÚ. Libre el territorio que pocos años después se conformaría como la República del Ecuador, se continúa la lucha, entre 1822 y 1824, por parte de los ecuatorianos por la liberación de Perú. Los batallones Pichincha, Yaguachi, Voltígeros, Vencedores y Quito, integrados por quiteños, guayaquileños y cuencanos, colaboraron muy activamente en la liberación del territorio peruano, plantando en Junín el estandarte republicano.
   Afirma el historiador colombiano Restrepo que «los departamentos del Ecuador (así denominábase el Norte de la sierra ecuatoriana), Azuay y Guayaquil hicieron en aquellas circunstancias grandes y dolorosos sacrificios y parecía que nada les costaba». Aparte de proveer de alimentos, municiones, caballos, mulas, vestidos, equipo, etc., los tres departamentos exprimieron sus angustiadas arcas para contribuir en numerario: Quito con doscientos mil pesos; Guayaquil con ciento sesenta mil; y Cuenca con una cantidad algo inferior. En total unos 20 millones de sucres de moneda actual.
 

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